El pasado fin de semana tres mujeres han perdido la vida a manos de sus parejas. Se supone que toda la parafernalia institucional que ha montado el gobierno en relación a este tema debería de servir de algo. Pero ocurre que la secretaria general de Igualdad, Soledad Murillo, está de vacaciones estos días. Sin duda debe de tener otras preocupaciones más importantes.
En su teléfono móvil salta un mensaje de difícil interpretación: "Aunque debería de llevar encima los dos teléfonos, el personal y el oficial, normalmente se me olvida el personal, así que si es muy importante lo que me quieres comunicar, llámame por favor a la oficina al teléfono x. Gracias por el esfuerzo". Y luego, desde El País se editorializa sobre lo difícil que es combatir la violencia doméstica.