La ley de Pajín puede convertir la sedación mortal en un 'derecho', legalizando la eutanasia de modo encubierto.
El texto, publicado tras el último consejo de ministros, habla de "pleno respeto de la libre voluntad" de los enfermos terminales: "Todas las personas que se encuentren en el proceso final de su vida tienen derecho a recibir la atención idónea para prevenir y aliviar el dolor, lo que incluye, además del tratamiento analgésico específico, la sedación".
Ésta ya se aplica a los enfermos para disminuir el nivel de conciencia del paciente y mitigar el dolor, pero usada en determinada cantidad puede provocar la muerte en una hora.
Expertos en cuidados paliativos advierten de que convertir la sedación en un 'derecho absoluto' del paciente genera confusión, dará lugar a la aplicación arbitraria de tratamientos, sobreactúa puesto que condiciona las indicaciones de la sedación que pertenecen al ámbito de la praxis médica, e implica legalizar la eutanasia de forma encubierta.
El informe sobre el anteproyecto de ley señala también que "los profesionales sanitarios estarán obligados a respetar la voluntad y las convicciones y creencias manifestadas por el paciente sobre los cuidados y el tratamiento asistencial que desea recibir en el proceso final de su vida, en los términos establecidos por la Ley". De este modo, algunos consideran que el médico podría convertirse en un 'autómata', que no podrá decir que 'no' y se limitaría a hacer lo que le dice el paciente o la familia del paciente.
"El médico debe dar el tratamiento indicado en cada caso. Buscar deliberadamente el final de la vida del paciente es totalmente contrario a la Deontología médica", señalan los expertos.
Enric Barrull Casals