Sr. Director:
Está cundiendo entre los católicos la sensación de que todos nuestros males se resolverían si el Partido Popular volviese al Gobierno de la Nación; y esto es un craso error. Es cierto que el PSOE, desde que alcanzó el Gobierno, tiene una fijación obsesiva en atacar cualquier principio que pueda tener relación con la moral cristiana, incluso se permite la poco democrática tarea de atacar directamente a nuestros representantes, la Conferencia Episcopal.
Pero esta realidad no debe hacernos olvidar que el PP tampoco defiende los principios cristianos, lo demostró durante ocho años de Gobierno y lo sigue demostrando cada día en aquellas comunidades en las que todavía gobierna. La única diferencia entre el PSOE y el PP es que aquél se jacta de sus ataques a la Iglesia Católica, mientras que éste lo hace hipócritamente mientras afirma defendernos. Y esto es así porque la inmensa mayoría de los políticos de PP mantienen posturas abiertamente contrarias a las nuestras... y el resto, los pocos que de verdad comparten nuestras creencias, no tienen agallas para defender sus principios ante sus compañeros de partido (las excepciones a esto son tan escasas, que he contado ¡sólo tres!).
Hasta que no nos demos cuenta -la Jerarquía incluida- de que estamos solos en esta lucha, de que para defender en la sociedad los principios cristianos no contamos con ningún aliado entre los partidos políticos con representación parlamentaria; hasta que no empecemos a criticar a los políticos por sus errores o ataques a nuestros principios, con independencia de a qué partido pertenecen y qué apoyo económico nos prometen; hasta entonces no empezaremos a salir del oscuro túnel por el que llevamos caminando más de dos décadas.
Pensándolo fríamente, y auque esto pueda escandalizar a muchos, nos convendría más un Gobierno socialista que hubiese rectificado sus errores de partida -pero al que vigilásemos de cerca-, que un Gobierno del PP que con su hipocresía volviese a ponernos la venda en los ojos. Digo que nos convendría más como católicos, aunque a nuestros bolsillos les siguiese haciendo daño... pero es que no se puede servir a dos señores.
José Alberto Fernández
jalbertofl@telefonica.net