Las sentencias del juez Fernando Ferrín Calamita no gustan al lobby gay, dedicado a perseguir a todo aquel que no dice "sí buana" a sus imposiciones. En este caso, se acusó al magistrado de emplear expresiones improcedentes en su sentencia. En la siguiente carta publicada en la Verdad de Murcia, Ferrín aclara que existe un expediente abierto, a pesar de que no cabía recurso contra su resolución.
Por otra parte, Ferrín reconoce que se encuentra de baja por distimia (alteración del estado anímico) y estrés laboral motivado por su dedicación al trabajo. Una baja que se produjo antes de que la presión mediática se cebara con el magistrado y que no ha mermado sus capacidades para desarrollar su trabajo.
El pasado 19 de febrero el CGPJ acusó a Ferrín en un segundo expediente de obstaculizar la adopción de dos homosexuales y decidió la suspensión del magistrado. El juez se manifiesta decepcionado: "Yo, ingenuo de mí, pensaba que un juez era independiente e inamovible".
Ante las acusaciones vertidas contra él por retrasar supuestamente la resolución, Ferrín señala que ha tratado de buscar lo mejor para la menor afectada: "He recabado informes de peritos, supliendo la falta de actividad probatoria de Vanesa, y en julio, haciendo uso de la facultad que la Ley otorga a cualquier juez, iba a plantear una cuestión de inconstitucionalidad ante el TC sobre la norma que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y la posibilidad de adopción". Una decisión con la que, como admite el propio autor de la carta, no se le va a permitir seguir adelante.