El objetivo es que Gonzalo Pascual sea el próximo presidente de Iberia, con los alemanes controlando la compañía.

El futuro presidente de la CEOE es miembro del Consejo y de la Comisión Ejecutiva de Caja Madrid, principal accionista de Iberia. Marsans quiere huir de Aerolíneas Argentinas y de Spanair. Ni en una ni en otra han conseguido ganar dinero jamás

Viajes Marsans es propiedad de Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán, el futuro presidente de la patronal CEOE y el empresario más próximo en el momento presente a la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre.

Desde su doble cargo como consejero de Caja Madrid y miembro de su Comisión Ejecutiva, Díaz Ferrán ha presionado en una doble dirección: para que Caja Madrid –que no tenía prisa alguna- venda Iberia y que, ya de paso, que se venda a la compañía alemana Lufthansa.

A su vez, Pascual, aún presidente de Spanair, ha trabajado a Lufthansa y prometido que movería todas sus influencias policía para que salga ganador en el concurso que ya se ha abierto por Iberia, y en el que el fondo TPG y British Airways, socio de Iberia, deberían tener algo que decir. Pascual aspira a ser presidente de Iberia si consigue que los alemanes se hagan con la compañía a buen precio.

La verdad es que el dúo Pascual-Diaz no ha conseguido ganar dinero ni con Spanair (ya propiedad de la escandinava SAS, pero aun presidida por Pascual) ni con Aerolíneas Argentinas, donde la compañía atraviesa una fase crítica en materia de servicios y por la que además, Pascual y Díaz están imputados por malversación de fondos públicos. Ahora bien, ni en aerolíneas ni en Spanair han conseguido los dos socios de Marsans un solo ejercicio con números negros.

Por el momento, y tal y como desea el PSOE, Díaz Ferrán no ha pedio inhibirse en el Consejo y la Comisión de Caja Madrid cuando en estos órganos se trate.