La compra de la torre de Norman Foster, en la antigua ciudad deportiva del Real Madrid ha resultado un quebradero de cabeza para Rodrigo Rato. La adquirió Blesa, a Repsol y el precio pagado (815 millones de euros) no es posible recuperarlo ahora ni de broma.
Y lo malo es que Foster realizó una maravilla arquitectónica... muy difícil de trocear. Así que Rato está ya convenido de que no se puede vender y alquilarla supondría nuevos gastos, la nueva sede operativa deberá trasladarse desde la Plaza de Castilla, hasta el Paseo de la Castellana, 500 metros más arriba. Nueva caja (producto de la fusión de siete entidades), nueva sede, sólo que haciendo de la necesidad virtud. Eso sí, la actual sede de Caja Madrid, en Plaza de Castilla, sería la que se destinaría a alquiler.
Miriam Prat
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