Enfrente, Cebrián, no tiene a los Polanco, sino a Francisco Pérez González, el socio eterno de Jesús Polanco, que se ha mantenido en un segundo plano hasta la muerte del patriarca. Desde entonces ha asumido -ya lo anuncié en su obituario de Polanco, un protagonismo desconocido. Ni el presidente, Ignacio Polanco, ni Pancho Pérez, se atrevieron a hacer lo que según muchos en la casa, ya debería haber hecho: despedir al consejero delegado, Juan Luis Cebrián. Pancho considera que la ocasión no es propicia, en pleno enfrentamiento con los hermanos progresistas de Mediapro, pero si las aguas vuelven a su cauce, todo se andará.
La tesis de Pancho Pérez es muy sencilla. Para recuperar el pulso, hay que vender todos los aderezos del Grupo, los menos rentables. Lo primero de todo: Digital . Ahora bien, la plataforma de pago, que ya se ofreciera a través de Morgan Stanley, el banco de inversión favorito de PRISA, no hay quien la compre, especialmente ahora, con crisis crediticia, el capital riesgo en recesión y la liquidez bajo mínimos. Ahora, la esperanza radica en el acuerdo firmado con Telefónica, que entrará en vigor el 1 de noviembre, por el que toda la fuerza de la operadora se centrará en la venta de Digital , al tiempo que Imagenio, su opción de cable, se beneficiará de los contenidos de Digital . En definitiva, la jugada consiste en unir cable y aire, habida cuenta de que lo que parecía tecnología triunfadora, las del satélite, pierde terreno frente a la que parecía perdedora, el cable. Más en concreto, la TV por ADSL, coincide por sus siglas en inglés, IPTV: Internet Protocol Televisión.
Lo que el grupo Pérez-Polanco intenta vender son activos como Localia, El grupo impresor, Cinco Días, la editora de revistas o el grupo iberoamericano de radio (éste no se vendería, se unificaría y saldría a bolsa). De este paquete se encarga un hombre de confianza de la Casa, León Benelvas pero, por el momento, con poco éxito. El problema es que la crisis de confianza ha provocado que nadie compre nada, y que los fondos de capital-riesgo compren menos que nadie. Incluso Pancho Pérez se plantearía, llegado el caso, la venta del mejor negocio, el de Santillana, negocio rentable en sí mismo y rentable también por la canalización de ayudas públicas en material educativo.
Cebrián, por contra, opta por la solución final, o global, o total, y con él al mando. Quiere convertir a las familias Pérez y Polanco, que controlan el grupo, en rentistas. El mensaje que lanza es el de que se tienen bien merecido el descanso, y de que la entrada de Slim les quitaría muchos problemas de encima, incluidos la presión de Mediapro y el Zapaterismo. Comprar PRISA, o al menos una parte de la misma, es tarea de titanes, incluso para Slim. Por ejemplo, Sogecable vale hoy más de 3.400 millones de euros, mientras la matriz, PRISA, anda por 2.860 millones, siendo que PRISA posee un 46% de Sogecable. A pesar del varapalo bursátil, sigue siendo un desembolso importante. Incluso para Carlos Slim y Felipe González, que no es rico por su casa.
Eso sí, si las familias Pérez y Polanco se niegan a vender la intentona de Cebrián simplemente será imposible. El problema es que los hermanos Polanco, principalmente el presidente, Ignacio, se ha dado cuenta ahora de lo que se le viene encima. Eso no quita que, en principio, lo que les pide el cuerpo es hacerles pagar caro a Juan Luis Cebrián su traición'.
Por otra parte, hay que saber lo que piensa de esto la familia Botín, especialmente Jaime, accionista y hombre clave del Grupo Polanco. Y siempre cabe la solución intermedia: que Slim entre como minoritario en Sogecable y luego ya veremos. El caso es que ‘Janli' quiere cambiar a Polanco por Slim. Se siente más seguro. Ahora bien, a quien no le gusta nada esta opción es a Carlos Slim, que siempre se ha quejado de que en España se le niega el pan y la sal. Realmente, lo que se compraría Slim de muy buena gana sería la Telefónica de César Alierta, pero claro, Telefónica vale algo más. Para ser exactos: 93.850 millones de euros.