Luis Alberto Salazar Simpson ha sido presidente de AUNA y de Amena, pero no en representación del Santander Central Hispano, a pesar de ser consejero del SCH, sino de Endesa, que no en vano entró en la operadora de telecomunicaciones luego troceada desde Endesa Diversificación. Además, Salazar era presidente en representación del primer accionista, la eléctrica. Otra cosa es que en AUNA mandara Botín, por aquello de que sumaba las participaciones de SCH y Fenosa.
Ahora Amena se ha vendido a France Telecom y AUNA Cable, hoy ONO, ha quedado en manos del testaferro de Botín, Eugenio Galdón.
El miércoles 30, en la primera Junta de Amena, bajo control de France Telecom, sale todo el consejo antiguo y entra uno en donde los franceses repleto de apellidos galos. Sin embargo, los socios españoles se quedaron con aproximadamente un 20%, por lo que tendrán derecho a dos de los 10 sillones del Consejo. El primero para los ahora principales accionistas minoritarios, es decir, para las cajas de ahorros, capitaneadas por la Caja de Ahorros del Mediterráneo. El segundo le correspondería a Endesa, pero Salazar se ha encargado de ajustar cuenta con quien le nombró y ha maniobrado para que ese sillón corresponda a Alfredo Sáenz, vicepresidente y consejero delegado del SCH. De esta forma, Salazar logra dos objetivos: agradar a su superior en el Santander y, de paso, ajustar cuentas con el consejero delegado de Endesa, Rafael Miranda, a quien considera responsable de todos sus males en la eléctrica.
Es enternecedor comprobar la solidaridad patriótica de los directivos españoles, muy similar a la del Gobierno, que no duda en permitir la entrada en España por la puerta grande de la multinacional francesa de bandera, mientras los franceses le cierran el paso a Telefónica en su país.
Por cierto, France Telecom compró Amena por 10.600 millones de euros, pero algo que no se recuerda es que esta compañía tiene un crédito fiscal que supera los 1.000 millones de euros.