Desde los dominios públicos se está propagando una doble moral en muchos ámbitos de la existencia. Esto provoca un clima de una total permisividad.

Ha aparecido una mentalidad que ha aceptado que el fin justifica los medios, todo vale, y es legítimo con tal de que sea válido para hacerse rico, conseguir el triunfo particular o gozar de una felicidad sin medida. Es el afán de imponer una precisada idea de la existencia de signo laicista.

Se ha originado una devastación de la vida moral y se ha provocado un gran vacío humano que no propone otra cosa que la pura pelea por los encantos o el regocijo narcisista, la vacilación ante la verdad y el desaliento al no descubrir una senda hacia ella. Todo esto ha provocado una perversión ambiental que devasta las certezas morales más básicas. La fortuna repugnante obtenida fraudulentamente, establece uno de los fenómenos con más potencia corruptora, de modo especial el capital perverso del tráfico de estupefacientes.

En el plano familiar la crecida de las rupturas, el alejamiento de la sexualidad y la fecundación. Las uniones homosexuales. Asimismo se ha generalizado una mentalidad abortista. También la falta de miramiento al bien fundamental de la vida, ya en su comienzo como en el discurrir de la supervivencia o en la fase terminal, esto es, la precipitación en legalizar la eutanasia; el asesinato de los longevos o bebés con malformaciones físicas o mentales.

Asimismo, la muerte del nonato a través de legislaciones que auspician la interrupción voluntaria del estado de gravidez de la mujer. La morfología de la esposa no es suya, corresponde a Dios y lo que lleva en sus entrañas es un ser viviente creado y amado por el Supremo Hacedor. Igualmente, la universalización del aborto selectivo ha causado, en China, la India o Corea, perturbaciones poblacionales que nos llevan a un incremento aterrador de abusos sexuales, comercio de jóvenes para la prostitución, y la drogadicción.

Los cristianos debemos reaccionar para recuperar la dignidad del humano. No podemos consentir que el vacío moral, se prolongue, nos comprometemos a conseguir que se realice la verdad en el amor, ya que el amor y la verdad os harán libres.

Clemente Ferrer Roselló

clementeferrer@yahoo.es