Sr. Director:
A veces se presenta como solución milagrosa a las exigencias del separatismo catalán la adopción de una denominada tercera vía, una especie de enjuague o componenda que consistiría en dar aún más dinero y poderes al gobierno autonómico catalán.
Este es en la actualidad el gobierno regional con más competencias de Europa y maneja más presupuesto que Ucrania. Además la tercera vía consistiría en que la última instancia judicial fuesen tribunales catalanes y en blindar el catalán como lengua única.
Si se aplicara tal apaño, el nacionalismo controlaría aún más a nuestra sociedad; los casos de corrupción se dilucidarían en tribunales nombrados por el poder político catalán y los castellanohablantes perderíamos nuestros ya escasos derechos lingüísticos sin poder acceder siquiera al Supremo.
No nos engañemos: la tercera vía no es más que la vía para hacer de Cataluña un cortijo de los nacionalistas, que construirían una Cataluña sin rastro de España y separatista de verdad. ¿Caerá Madrid en la trampa
Teresa Lozano