ETA asesina a un guardia civil y deja herido grave a otro, en el sur de Francia
Solidaridad de ZP con las familias, pero sin asumir responsabilidad alguna por haber negociado con la banda. En un primer momento, los medios afines al PSOE intentaron borrar toda sospecha de pacto entre el PSOE y ETA, insistiendo en que el atentado estaba planeado. Sin embargo, el propio Rubalcaba habló de homicidio "fortuito". Curiosamente, el Ejecutivo temía más un atentado islámico –otro 11-M- en periodo electoral que uno de ETA.ETA ha vuelto a burlarse de Rodríguez Zapatero. El 31 de diciembre, un día después de que ZP blasonara en TV de lo bien que marchaba la lucha antiterrorista, ETA volaba la Terminal 4 de barajas y, aunque no era su objetivo, en la acción asesina a dos inmigrantes ecuatorianos. A pesar de ello, ZP continúa acariciando a la víbora, con parada y fonda en el tratamiento al etarra convicto De Juana Chaos y a los líderes políticos proetarras, en especial a Arnaldo Otegui, a quien la Fiscalía libra de ingresar en prisión. En ese momento, ZP aún tenía esperanzas de pasar a la historia como el pacificador de Euskadi.
Sin embargo, la banda vuelve a mofarse de ZP el 6 de junio, 10 días después de las elecciones municipales y autonómicas, donde el presidente de Gobierno no puso excesivos obstáculos a que la marca electoral de ETA, ANV, se presentará en muchos ayuntamientos.
Con un ZP entregado, empeñado en reeditar en Navarra el social-nacionalismo vigente en el Tripartito catalán, los terroristas rompen, "oficialmente", la tregua y ZP rectifica, permitiendo, incluso a costa de romper a un mareado Partido Socialista de Navarra (PSN), que gobierne la fuerza más votada: Unión del Pueblo Navarro.
Es entonces –en junio, no en enero, a pesar de los dos muertos- cuando Moncloa cambia -ahora sí- de estrategia: de acariciar a la víbora se pasa a una lucha sin cuartel contra los terroristas. Oficialmente, es el fin definitivo del diálogo con la Banda: Arnaldo Otegi termina en prisión, De Juana vuelve a la cárcel y comienzan las detenciones de etarras, proetarras, minietarras de la ‘kale borroka' y demás aparataje de la banda en Euskadi. Toda la obsesión del responsable de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, consistía en ser, o aparentar, mayor dureza con ETA que la del PP, así como negar cualquier rumor sobre reapertura de la negociación tras las elecciones de 2008 y, sobre todo, cualquier tipo de pacto con el nacionalismo independentista.
En otras palabras, la sospecha en el PP y en la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) era que la dureza del PSOE con la banda es sólo táctica, imprescindible para ganar las elecciones de marzo. Luego, con cuatro años por delante, ZP volvería a negociar con los etarras. Esta convicción venía avalada por la debilidad del Gobierno con el sector más "soberanista" del Partido Nacionalista Vasco (PNV), cuyo objetivo final es el mismo que ETA, sólo que por medios pacíficos.
Algunos no se creen que la ruptura del diálogo con los terroristas sea sincera, especialmente dos: el ex ministro del Interior de Aznar Jaime Mayor Oreja, que siempre ha hablado de que estamos "en el descanso del partido" y que tras las elecciones llegar la segunda parte. Tampoco se lo cree Francisco José Alcaraz, el líder de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT). Para doblegarle, una asociación de abogados ligada al Gobierno Zapatero le ha elevado a los tribunales, mientras todo el aparato mediático socialista se le ha echado encima.
Y así, tras el atentado de la mañana del sábado, la AVT le ha recordado al Gobierno que debe ilegalizar a los partidos o agrupaciones electorales PCTV y ANV, dos marcas de Batasuna, es decir, de ETA, si realmente quieren que crea que su lucha contra la banda es sincera.
De hecho lo que sospecha la oposición política y el propio Alcaraz es que el Gobierno ha pactado con ETA que, hasta las elecciones, se perpetraran atentados sin muertos. Pero, aparte de que eso es muy complicado, acariciar a la víbora siempre resulta peligroso: la víbora, o alguno de sus cachorros, puede morderte.
Prueba de todo lo anterior, la postura cuando menos ambigua del ZP, es que los medios afines al Gobierno, especialmente las páginas WEB del grupo PRISA, así como la SER y Cuatro, RTVE y La Sexta se apresuraron a explicar –mañana del sábado- que no se trataba de unos incontrolados de ETA, sino que el asesinato del guardia civil Raúl Centeno, que ha dejado a su compañero Fernando Trapero en estado muy grave, habido sido un atentado "perfectamente preparado" (Cuatro). Y lo malo es que esa afirmación puede ponerse en entredicho, dado que las primeras informaciones hablan de que los dos guardias civiles entraron en la cafetería donde estaban sus asesinos quienes, al oírles hablar en español abandonaron el local y les esperaron en el garaje. Aún más, el propio minsistro Rubalcaba habló de atentado "fortuito" y habló de una discusión previa entre los dos agentes y tres etarras. La duda permanece: ¿fue una casualidad o estaba preparado? Si lo estaba, no se puede hablar de pacto PSOE-ETA para que la banda no asesine hasta las elecciones, para que el PSOE pueda ganarlas y poder negociar después. Pero si se trató de un hecho fortuito -y tal parece- lo de unos incontrolados de la banda, la sospecha de pacto entre el Gobierno y la banda continúa siendo plausible.
En este escenario, la aparición del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez, "comparecencia solemne", según el equipo de propaganda de PRISA, rozó el cinismo, al hacer una llamada a la unidad, llamamiento que, no obstante, ha sido aceptada, tanto por la oposición política, tanto a la izquierda como a la derecha del PP. En ningún caso, en su solemne discurso, ZP asumió la menor responsabilidad por el hecho de que, a costa de su intento de perpetuarse en el poder pasando a la historia como el presidente que acabó con el terrorismo etarra, la banda ha tenido tiempo para fortalecerse y para ensoberbecerse más.
Lo más curioso del asesinato del sábado es que Rubalcaba, no temía un atentado de ETA –precisamente por eso repetía en TV justo lo contrario, sino un atentado islámico, otro 11-M preelectoral, que esta vez no se volvería en contra del PP sino del PSOE. Rubalcaba está convencido de que al PSOE se le ha terminado el periodo de gracia de la yihad, que el 11-M de 2004 obtuvo, en España, su triunfo más clamoroso: a costa de 192 víctimas mortales, consiguió imponer un Gobierno más próximo a su causa.
Un detalle final: uno de los guardias civiles tenía 23 años, por 24 el otro. Cuando les asesinaron, ambos iban desarmados.