No pudo ser. La ministra de Sanidad, Elena Salgado, no ha llegado triunfante a la carrera por la presidencia de la OMS. Y eso que a Zapatero le hacía mucha ilusión colocar a sus chicas en los organismos internacionales. Hay que reconocer que la Salgado se lo había currado con una cruzada antitabaco a la que la presidenta madrileña Esperanza Aguirre ha salido respondona.
Pero no ha podido ser. No obstante, la viceVega le ha agradecido el esfuerzo, ha señalado que era y es una excelente candidata y que la elección ha sido muy difícil. Además, según la vice, Salgado ha demostrado que España entiende lo que necesita la salud mundial y se ha mostrado orgullosa de que la candidatura española estuviera por encima de la francesa, finlandesa, turca e islandesa. La única europea. Con perdón, porque Turquía, al menos de momento, no es Europa.
Total que nuestra chica, a pesar de su currículo, no ha llegado a tan alta cima. No saben de lo que se libran los funcionarios de Naciones Unidas porque tiene un carácter difícilmente compatible con la convivencia. Los españoles seguiremos aguantando estoicamente nuestra ración de salgado, que ahora amenaza con emprender su campaña contra el alcoholismo juvenil. Suerte.