Eso sólo se consigue vendiendo las joyas de la abuela y reduciendo las prestaciones públicas. Y reduciendo impuestos, aunque parezca contradictorio. Porque, a la postre, o reduces la carga fiscal o la economía no crecerá. Y si no crece la economía ni se crearán puestos de trabajo ni se pagarán las deudas.
En definitiva, que los alemanes pretendan que España venda oro no deja de ser una idea interesante, posiblemente útil, pero sólo válida para que España continúe siendo cuota de mercado de los productos alemanes y del ahorro alemán, sin que el país se levante por sí mismo.
Muchas gracias, queridos socios germanos, pero su idea no sirve para vivir, sólo para sobrevivir.
Eulogio López
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