Además del empeño en mantener el catalán como idioma de certámenes internacionales, con el consiguiente cabreo de participantes extranjeros bueno, y también españoles- ahora se unen medidas, asimismo provincianas, tales como dedicar el Salón Gaudí a jóvenes creadores catalanes no sólo catalanes, sino también jóvenes no consagrados-.
En definitiva, la FIRA se ha cargado el Salón Inmobiliario (Meeting Point), se están cargando el de moda y atraviesa dificultades su estrella: el Salón del Automóvil.
La preocupación cunde entre los empleados de al FIRA al tiempo que el cava, supongamos que catalán, corre por IFEMA, su madrileño competidor.