Se trata de una revista del corazón que se distribuye de forma gratuita, y en su concepto late un cierta perversión del periodismo tal y como lo entendemos

Es la tendencia. En la línea de Il Sole 24 horas, el medio cuyo propietario es una patronal, la revista Couché, gratuita y de distribución quincenal, con soporte en internet, presencia en las redes y sólo un mes y medio de vida es un producto financiado, señalan sus responsables de redacción, por una agencia de comunicación valenciana llamada SDM Comunicación S.L.

Vive, como los gratuitos, de la publicidad, y comparte en algunos puntos los servicios de la misma empresa que reparte 20 minutos, aunque, según señalan, no tenga nada que ver con el periódico que edita el grupo noruego Schibsted.

El hecho de que una empresa especializada en publicidad busque financiación en los anunciantes es un símbolo de los tiempos que corren, de cundir el ejemplo -ya hay proyectos similares que buscan la financiación de grandes empresas de la moda y la cosmética- termina con la poca independencia de la que podrían disfrutar los medios.

La revista fue  presentada por todo lo alto hace un mes y medio. Su redactora jefe, Blanca Díez, define el proyecto como el resultado de un grupo de gente joven con edades comprendidas entre los 24 y los 40 años, unas veinte personas en total que no pertenecen a ningún gran grupo editorial. Por supuesto hay periodistas entre ellos, los que conforman la redacción, pero su germen es una agencia de comunicación. Aunque hay precedentes de fracasos en los intentos de triunfar en la prensa del corazón gratuita, confían en obtener buenos resultados: "Estamos también en soporte web y la acogida inicial ha sido muy buena". 

La tirada es de 65.000 ejemplares, cincuenta mil de los cuales se distribuyen en Madrid y 15.000 en Valencia, donde se encuentra ubicada la redacción. Para su tercera portada han contado con Ana Rosa Quintana, que tiene hasta una revista que lleva su nombre, ha accedido, afirma Blanca, a posar para ellos de forma gratuita: "No pagamos a ningún famoso, solo a nuestros colaboradores y a nuestra plantilla", señala Blanca. Y es que, apunta, quieren recuperar dentro del difícil género del corazón el respeto de los periodistas a acceder a la información sin tener que cubrir peajes por ello. 'Un corazón elegante es posible', es uno de sus lemas, y se niegan a dar datos sobre capital inicial, previsiones de negocio, etc… Que les vaya bien, a fin de cuentas se trata de una empresa pequeña. El hecho no es, ni mucho menos, tan escandaloso como que Telefónica y los bancos se conviertan en accionistas de PRISA.
Sara Olivo
sara@hispanidad.com