El secretario de Estado de Presupuestos, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), está obsesionado con pasar las deducciones por hijo (los mínimos vitales) de la base a la cuota. Su discurso es compartido por el asesor monclovita, Miguel Sebastián, y por el ministro de Economía, Pedro Solbes. En algo están de acuerdo los tres mandamases de la economía española. 

Argumentan que la deducción en la base beneficia a los "ricos", mientras que si la deducción estuviera en la cuota, resultaría más igualitaria. Habría que discutir si una familia con ocho hijos y una renta de 50.000 euros es una familia "rica". Porque el sistema fiscal debería gravar por la renta disponible real, no la renta generada. Y parece obvio, que la renta disponible del ejemplo expuesto no es demasiado generosa.

Pero es que, además, la Constitución Española establece que los españoles pagaremos en función de nuestra capacidad económica. Y es evidente que la capacidad económica se mide mejor restando de los ingresos familiares los mínimos vitales -por cierto, bastante exiguos- que haciéndolo después.  

Da igual. El Gobierno va a seguir en su discurso igualitario a lo Robin Hood, que se vende muy bien. Sólo que no es verdad. Primero porque el concepto de riqueza y pobreza requiere una revisión razonable. Y después porque la reforma fiscal "cocinada" estrecha los tramos y los tipos. De esta forma, los tipos más altos se rebajan, pero los tipos más bajos, se elevan. ¿Dónde está Robin Hood? Además de cargarse el principio de contribución en función de la capacidad económica, el PSOE quiere también cargarse el principio de progresividad fiscal.  

Solbes se opone al tipo único. Pero Sevilla ya anunció que el tipo único "podría no ser un único tipo". O sea, que pasaremos de los cinco tramos actuales a entre dos y cuatro tramos. ¿Cuál es la ventaja? ¿Dónde está la ganancia en progresividad? Favor de explicar.