Sr. Director:
Sin embargo, la Sra. Aído dice no ver la conexión entre esta cuestión y la festividad religiosa de la Semana Santa. Porque el aborto se ha convertido en algo denunciable para unas pocas conciencias; las demás salen al paso con un desconocimiento total de la ley de Dios que manda no matar, ignorando que por esos asesinatos Él entregó su vida en una cruz.
La Semana Santa no es una festividad para el disfrute sino para la reflexión: si Dios ha muerto por mí es que el pecado posee una fuerza infinita para mover a Dios a sacrificarse y al hombre a dolerse, y es en ese dolor mutuo que Él regenera el alma y le da entrañas de misericordia, porque quien ama no avasalla a los indefensos.
Ana Coronado
Corana22@gmail.com