Los resultados del primer trimestre del año (fuente: CNMV) suponen un cierto alivio para las grandes constructoras españolas, agobiadas por su elevadísimo apalancamiento. Mejoran todas. Auque no estamos aún para tirar cohetes, ni mucho menos.
Sacyr continúa encabezando la deuda con un ratio deuda neta/Ebitda de, 19,3% (13.443 millones de euros en cifras absolutas), con un fuerte descenso desde el 23,8% de cierre del pasado ejercicio y a la espera de poder cerrar la operación Itínere y contabilizar una nueva reducción.
Ferrovial por su especial composición, conviene distinguir. Por una parte, el grupo consolidado, con una mayor deuda en términos absolutos, nada menos que 21.943 millones de euros a 31 de marzo, frente a los 24.112 millones con los que cerró el pasado año. El apalancamiento, siempre medido en deuda neta sobre Ebitda, bajó desde el 8,8% al 8%. Sin embargo, su filial Cintra posee un apalancamiento del 16,3%.
Abertis mantiene una deuda de 14.064 millones de euros a 31 de marzo, lo que representa un 6,2, frente al 6% con el que cerró el año.
ACS ha logrado reducir su deuda desde los 9.355 millones de euros a los 8.983 millones, es decir, que su deuda neta sorbe Ebitda ha bajado en un trimestre desde 6,3 a 5,9.
En resumen, no es como para tirar cohetes pero todo indica que las constructoras, alegres endeudadas, que junto a las inmobiliarias han monopolizado el crédito bancario durante el último lustro, han decidido destinar políticas más conservadores y aplicarse, antes que nada, a reducir deuda.