Además, el crecimiento del beneficio está ‘hinchado' por la aportación de Soluziona y por el crédito fiscal de Urbis

Las cuentas de la constructora ACS correspondientes al primer trimestre del año no son malas, pero algunas partidas asustan. Así, en principio, asusta una deuda que ronda los 15.000 millones de euros, a pesar de los 43.000 millones e activos con unos ingresos de 5.000 millones por trimestre.

Pero hay cosa que asustan más. Por ejemplo, el rendimiento de su mega-inversión en Iberdrola. ACS confiesa haber comprado Iberdrola a un precio medio de 37 euros, cuando cotiza en esa misma zona y todo indica, sería lo lógico, que tras su fusión con Scottish está llamada a bajar.

No sólo eso, el rendimiento (ver cuadro página 22) de la inversión de ACS en Iberdrola es de 53,5 millones frente a un coste financiero de 56,4 (a Abertis no se atribuye coste financiero). A esa pérdida hay que añadir el hecho de que Florentino, en guerra con Ignacio Galán, no controla Iberdrola. Por si fuera poco, hay que añadir que los ingresos energéticos bajan un 13,5%, al igual que los márgenes.

No sólo eso, también merecen cierta atención las cuenta de resultados de la página 23. En ella se nos dice que le beneficio antes de impuestos es de 327,4 millones de euros, a los que se suman impuestos por valor de 44,9 millones por reinversión de lo obtenido en la venta de Urbis. Lo cierto es que debería restar los 86,9 millones que figuran en el página 8.

Y luego está lo de Soluziona, vendida a Indra desde Fenosa, y como da la casualidad de que Fenosa ya consolida con ACS... Otros 49,7 millones de euros que entran en la cuenta de resultados por la parte de arriba.

En resumen, la primera constructora española ha crecido, quizás demasiado deprisa, durante las últimas fechas. Y ahora se ha comprado la alemana Hochtief. De cualquier modo, su mayor problema es Iberdrola: compró demasiado caro y ahora se ve obligado a seguir comprando para que su participación no se diluya en demasía tras la compra de Scottish Power.