El beneficio de explotación cae un 17,5%, pero las ventas sólo lo hacen un 3,5%. De cualquier forma, la caída de ventas en El Corte Inglés ha sido inferior a las caída general de ventas al por menor. El portaestandarte de grandes almacenes ha aumentado sus inversiones y mantenido el personal fijo
El final del verano no lo marca Chanquete sino los resultados de El Corte Inglés, cuyo ejercicio finaliza el 28 de febrero y cuya Junta se celebra cuando vence agosto. Este año, además, sus resultados se esperaban con especial interés, pues se considera que los grandes almacenes presididos por Isidoro Álvarez, constituyen un termómetro sobre la actividad económica en general y sobre el consumo en particular, y 2008 ha sido el peor año de la crisis, quizás porque 2009 no ha concluido.
El beneficio neto de El Corte Inglés en la anualidad terminada el 28 de febrero ha sido de 382 millones de euros, un 47% menos que un año antes. La compañía explica este descenso en la caída del consumo como consecuencia de la crisis financiera internacional. Además, El Corte Inglés señala que han primado la estabilidad de la plantilla, el recorte de los márgenes y las ayudas a la financiación. Sin embargo, la facturación apenas desciende un 3,5% hasta los 17.362 millones de euros. Por líneas de negocio, los grandes almacenes recortan un 4,8% su facturación hasta los 9.667 millones de euros; los Hipercor facturaron 2.089 millones de euros, un 7,7% menos que un año antes. Por el contrario, la división de Viajes, Supercor y Opencor arrojan balances positivos en el 2008. Moderados, pero positivos. En definitiva, las grandes superficies, como le ocurre a la prensa de papel, son un producto del siglo XX, mientras se impone la proximidad del Supercor o el Opencor, las agencias de viaje. etc. ¿Significa esto que los hiper mueran? No, este tipo de cambios son paulatinos, pero sí es cierto que los resultados del líder de las grandes superficies marcan una clara tendencia.
Volviendo al El Corte Inglés, la inversiones en 2008 han sido fuertes, pero no han dado el fruto esperado, al menos todavía, porque la profundidad de la crisis es mucha. En 2008 la compañía invirtió 1.827 millones de euros y en los últimos cuatro años, la inversión asciende a un total de 6.500 millones de euros. La ausencia de la rentabilidad esperada en los nuevos centros (todos en España), y el recorte de márgenes parecen explicar la caída del beneficio mejor que el recorte en el consumo. En definitiva, la crisis ha forzado una rebaja real de precios en todos los productos.
Se ha mantenido el empleo fijo, aunque no se han renovado temporales ni convertido en fijos a aquéllos empleados que llevaban un periodo de aprendizaje tal y como era norma en El Corte Inglés. Y eso a pesar de que la caída de ventas en la empresa ha sido inferior -sin duda su mayor éxito de gestión- a la caída general de ventas al por menor en España.
En resumen, las temidas cuentas de El Corte Inglés durante marzo 2007-febrero de 2008, han confirmado la sospecha de que nos hayamos ante una de las crisis de consumo más grave de la historia. La respuesta de Isidoro Álvarez ha sido más inversión y el comienzo de un cambio estructural hacia el comercio de proximidad que constituirá una de las claves del sector durante los próximos lustros. La ventaja de El Corte Inglés para afrontar la crisis es que, considerando que no cotiza en bolsa, puede permitirse el lujo de reinvertir el excedente casi sin límite, una opción harto interesante en el momento presente.