El País publica este martes que sólo dos universidades europeas figuran entre las mejores del mundo. Se trata de Oxford y Cambrigde, dos universidades británicas, cuyos títulos no son convalidados por el Estado británico, porque son instituciones previas a la formalización del Estado. Ninguna de las dos instituciones académicas han querido someterse a la burocracia estatal. Y por lo mismo, no sujetas al Estado británico, menos todavía al acuerdo de Bolonia adoptado en el seno de la UE.
Bolonia establece unos criterios rígidos de gestión universitaria que pretende homologar para todas las universidades de la Unión. En el fondo se trata de ahogar con burocracia el verdadero espíritu universitario de investigación, transmisión del saber y búsqueda conjunta de la Verdad.
Curiosamente, las dos universidades insumisas a la burocracia comunitaria, son las mejores en el ranking europeo. Un dato que debería de hacer pensar en la relación causa-efecto. En España, ninguna universidad se ha atrevido a semejante insumisión. Y eso que algunas instituciones universitarias como la Pontificia de Salamanca o la Universidad Complutense son tan centenarias como Oxford y Cambrigde. El virus socialdemócrata está inoculado hasta el tuétano. Lástima.