Las bebidas etílicas exterminan, anualmente, a 2.000 jóvenes en siniestros de circulación. Los alcaloides originan saturación en las urgencias hospitalarias. El éxtasis provoca lacras mentales.

"Las drogas siempre pasan factura. Abre los ojos". Dice la comunicación publicitaria del Ministerio de Sanidad y Consumo, dentro del Plan Nacional sobre Drogas y que tenía como finalidad esquivar el derroche de néctares intoxicados entre los adolescentes.

El consejero de Interior de la Generalitat de Catalunya ha desencadenado un tenaz ciclón, al afirmar que la legitimación de todos los compuestos alucinógenos, es el mejor sistema para luchar contra el tráfico de estupefacientes y los padecimientos que acarrean. ¿Se atrevería a decir lo mismo a sus hijos, o es que una cosa es lo que predica en casa por el bien de los suyos y otra en el espacio público en donde se recogen votos también de marginados y de gente sin ningún criterio?

La droga llega directamente al cerebro. El estudio de la Oficina Nacional de Control de la Drogadicción de Washington, refrenda que los alcaloides pueden producir daños, como zozobra, melancolía, brotes psicóticos o tendencias al suicidio.

Que la droga es una de las plagas de la sociedad de nuestros días, es algo que nadie puede poner en duda. La elevación de los índices de consumo de drogas ha crecido de una forma alarmante y las autoridades se encuentran desbordadas con este grave problema. La drogadicción ha tomado carta de naturaleza en una parte de la población juvenil de todo el mundo.

Se están estudiando los medios para terminar con esta lacra social que sólo lleva a la muerte y a la destrucción.

Clemente Ferrer Roselló

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