Sr. Director:
Tener hijos en Francia está de moda. La TV pública dedica un espacio diario dedicado a la maternidad mientras que los blogs y webs sobre embarazos y bebés afloran imparables.
Un hijo es siempre un motivo de alegría, sólo las mentes sin recursos contra la desesperanza evitan una nueva vida en sus vidas. Un hijo hace florecer el amor, lo renueva y lo lanza más allá de sí mismo buscando satisfacer las necesidades de un ser desvalido. Pero la maternidad suele acompañar un modo de instalarse ante la vida: alguien nuevo del que responsabilizarse y tutelar hasta el fin.Por eso es progreso humano: fortalece a quien la hace posible y recae sobre quien la tramita con toda clase de bendiciones. Matar a un hijo nunca será en bien de la madre: el aborto debe desplazarse en pro de los derechos supremos que todo ser tiene desde antes de su nacimiento.
Sino, la sociedad se convierte en un horror para los que no pueden protegerse y campa la ley del más fuerte.
Clara Jiménez
fermar42@gmail.com