Siempre a la cola de Europa. Resulta patético cada vez que se tiene acceso a estadísticas europeas comprobar la persistente tendencia de España en situarse en los puestos de cola. Y lo triste es que ocurre en muchísimos aspectos, no sólo en los que podrían ser considerados como más progresistas o modernos, sino también en "los de toda la vida". Por ejemplo, en el tema de ayudas a la familia.
Es realmente penoso comprobar que incluso el único país que dedica un porcentaje del PIB inferior al de España en gastos sociales (Irlanda), sin embargo supera a ésta en prestaciones para la familia y los niños. En mi opinión, una de las posibles causas de este problema es la manía que tenemos de darle "color político" a todo, y el caso de la familia es un buen ejemplo (como pueden serlo empleo, seguridad, transportes y comunicaciones, medio ambiente,...). Evidentemente, hay cuestiones que sí tienen "color político", como pueden ser las económicas (aunque las más básicas no deberían tenerlo), la política internacional, etcétera. Pero si nos empeñamos en que absolutamente todo deba depender de la tendencia política, vamos directos al fracaso; y esto es especialmente grave en el caso de la familia, porque en el fondo las demás cuestiones mencionadas se derivan de esta.
Ahora que está tan de moda hablar de fobias, resulta lamentable que la "famifobia", que, en ocasiones, parece reinar en nuestro país, sirva como argumento para discusiones políticas y excusa para justificar posiciones y criterios que, en el fondo, nada tienen que ver con el tema fundamental. El verdadero progresismo consiste precisamente en es saber distinguir lo fundamental de lo que depende de las ideologías, tendencias e incluso modas. Espero que alguna vez tengamos en España un Gobierno realmente progresista, independientemente de su color político.
Fernando Huerta
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