Sr. Director:
¡Qué buena ocasión para hacer realidad lo de que no hay mal que por bien no venga! Así lo veo, al menos en Educación, que es donde me muevo.

 

Si, aprovechando lo de los recortes, se suprimiesen las liberaciones sindicales y pedagógicas, además de ahorrarnos una pasta, mejoraría enormemente la educación en España. Es más, si no hubiesen existido estas liberaciones, no se habría producido el gran fracaso escolar que venimos padeciendo.

La razón es clara: si los liberados impartiesen clases, aunque tuviesen alguna reducción para reuniones, etc., la realidad les haría ver que están equivocados. Al sufrir en sus propias carnes las consecuencias del  fundamentalismo ideológico de la mayoría de ellos, no apoyarían el tipo de leyes (Carta de Derechos y Deberes de los Alumnos, LOGSE, etc.) que nos han llevado a esta situación.

Esta medida, además, supondría un gran ahorro para el contribuyente. ¡A qué esperamos!,

Vicnuel Sánchez González