Sr. director:
Creo que el año 2002 se recordará por dos asuntos sobre sectores muy distintos aunque, según pienso, muchísimas
coincidencias como son el modo de ser tratada su información por los medios, la falta de trasparencia, el papel de la administración pública, politización y, finalmente su paso al ámbito judicial para su esclarecimiento e imputación de responsabilidades.
El más reciente, el del Prestige, fruto y mayor evidencia de la magnitud y extensión de la corrupción y del envilecimiento del orden, más bien desorden, económico internacional que permite que estas " bombas" naveguen lícitamente bajo las llamadas banderas de conveniencia, camuflada su propiedad y por ende responsabilidad entre porcentajes accionario cruzados y bajo un espeso entramado de sociedades ficticias domiciliadas en remotos paraísos fiscales.
Esta complejidad imposibilita imputar a los verdaderos culpables y facilita que queden inmunes e impunes, o, incluso, perciban indemnizaciones de seguros o hasta de los gobiernos afectados por la catástrofe. La consiguiente politización del tema acompañada por la alineación de algunos medios según la postura ideológica del editor,
en lugar del esclarecimiento de los hechos favorece los intereses bastardos de esos entes fantamas.
El otro escándalo, aflorado también el pasado año y aun pendiente de solventar responsabilidades y hallar sus responsables verdaderos es el de las cuentas secretas del BBVA, marea que saltó a la luz pública en marzo del 2002 a través de varias filtraciones desde un famoso rotativo.
Como se recordará, estas cuentas , según se informó, las creó la alta ejecutiva del Vizcaya previamente a su fusión con el Bilbao, 1988, adquiriendo un paquete de auto cartera y, con el mismo sigilo (¿complicidades?) que salió del Sistema cuando gobernaba la Admón. socialista, regresó gobernando ya los populares.
Mientras tanto, 14 años, los bancos en cuestión pasaron por dos grandes fusiones y luchas encarnizadas por el control del poder , etc.etc. hasta llegar al hoy BBVA, muertos algunos de sus principales protagonistas y otros dispersados por la amplia geografía del mundo financiero español.
Pero, inmediatamente de hacerse pública la existencia de esas cuentas y de unos fondos a favor de unos señores determinados, todos miembros del antes BBV, los mismos medios- ciegos y mudos hasta entonces - inundaron de informaciones sobre causas antiguas seguidas contra el BBVA y BBVA- Privanza., todas las cuales fueron integradas por la Audiencia Nacional en un único expediente en abril 2002, añadiendo así mayor complejidad, si cabe, al tema.
¿Llegaremos a conocer los culpables ciertos, reales, en uno y otro caso? ¿Saldrán indemnes e impunes sus beneficiarios?
Silvia Cabanzón