Una vez abierto el melón constitucional todo es replanteable. Por ejemplo, la posibilidad de que las elecciones municipales se realicen a doble vuelta. De esta forma, además, se evitarían los bloqueos de pequeñas formaciones, que venden muy caros sus votos y acaban por obtener más poder político que el que le otorgan sus sufragios.
Ahora bien, si se trata de evitar bloqueos de fuerzas minoritarias, ¿por qué no ir directamente al presidencialismo, la elección directa de alcaldes a los que se les otorgarían todas las competencias? En cualquier caso, la reforma constitucional propugnada por los socialistas va a generar más burocracia, más organismos administrativos, de la misma forma, que la transición democrática creó 17 Parlamentos Autonómicos (y 17 Defensores del Pueblo, y 17…). En esta ocasión, no se habla de reducir instituciones públicas, sino de incrementarlas.