Sr. Director:
Este jueves he solicitado la nueva tarjeta de transporte, para la utilización de este medio público, con el que estoy encantado.

Me ha supuesto desplazarme tres días, para conseguir que en el estanco a través del cual la he tramitado lo pudieran hacer correctamente. Todo ello como consecuencia de que el sistema ha estado bloqueado durante los dos días anteriores. Me han comentado que están teniendo incidencias de este tipo con cierta frecuencia en los últimos tiempos.

No seré  quien diga que las nuevas tecnologías no son buenas o necesarias, pero como en todas las cosas de la vida hay que aplicarlas bien y en su justa medida, y a lo mejor no todas son tan necesarias.

Hasta ahora el abono transporte, con el que se funciona extraordinariamente, se compraba a final de mes el billete correspondiente para el mes siguiente. A partir de primeros del año que viene ya no será así. Se tendrá que recargar la tarjeta cada treinta días.

Me ha dado por pensar, que imprenta o imprentas que se ocupaban de producir los billetes, se quedan sin un ingreso. Y que personas que se ocupaban de esta labor se pueden quedar sin el puesto de trabajo. ¿Era necesario cambiar el sistema ¿Por qué motivos

Desde el punto de vista del usuario, no me beneficia en nada: tengo que ir al mismo sitio para gestionar el poder utilizarlo al siguiente mes, no tenía problemas para que me dieran el cartoncito, y ahora veo que si el sistema "se cae", tendré que volver en otro momento como he visto a otras personas, con el trastorno de la pérdida de tiempo y la posibilidad de que no tenga útil la tarjeta y tenga que pagar el billete ordinario.

Así que los motivos serán, deduzco, económicos por parte del Consorcio de Transporte en el menor costo, u otros similares. Y si esto supone merma de puestos de trabajo, también aquí hay un ahorro.

Y así vamos avanzando en otros temas tecnológicos, en el que las máquinas van sustituyendo a las personas con la consiguiente disminución de la cantidad de trabajo.

Como he dicho más arriba no estoy en contra de los avances de la tecnología, pero hay que ser prudentes y ver si es realmente buena para las personas o es mayor el mal que puede hacer.

Todo depende de que verdaderamente sepamos utilizarlas. Es como la libertad, si no se utiliza bien y se lleva al extremo se convierte en libertinaje, con las consecuencias inherentes a su mala utilización.

Todo es bueno porque así está dispuesto por el creador, salvo cuando lo llevamos a extremos que hacen que lo convirtamos en vicio. Porque de esta forma estamos llegando a la soberbia máxima del hombre, como he leído recientemente de un "pensador" que dice que "Los hombres han comenzado como animales y están llegando a ser Dioses". Por este camino, cerraremos el circulo y volveremos al principio: "Si coméis del fruto seréis como dioses". Es la tentación contenida en toda la historia de la humanidad.

J. R. Pablos