En contra de lo que se ha publicado sobre la operación, no ha sido Telefónica la que ha iniciado los contactos con las operadoras colombianas ETB y EPM, sino a la inversa. Se trata de unas operadoras pequeñas de implantación local que se habían quedado fuera del mapa telecomunicativo colombiano tras la privatización del antiguo monopolio Telecom Colombia.
Ha sido la mexicana Telmex de Carlos Slim la que se ha hecho con el 50% del control de Telecom Colombia. El acuerdo será firmado este viernes por Uribe en medio de una fuerte polémica. El alcalde de Bogotá y el mundo empresarial censura la operación de venta de una empresa pública con infraestructuras desplegadas por todo el país a una compañía privada extranjera, con fama de invertir poco y con imagen de pocos escrúpulos.
Una compañía perfecta para que reciba los apoyos políticos del ex presidente Felipe González, un hombre con fama de hombre de Estado en Hispanoamérica, pero cuyo comportamiento revela un enorme déficit de patriotismo : competir con la principal multinacional española es todo menos patriotismo.
Por otra parte, los modos de competir de Telmex resultan muy diferentes a los practicados por Telefónica. El antiguo monopolio telecomunicativo mexicano es una empresa patrimonialista, no sujeta a los controles de un Consejo de Administración o de una Junta de Accionistas. Tampoco debe de rendir cuentas ante fondos de inversión y los controles de la CNMV mexicana no son los mismos que los establecidos para Telefónica en la CNMV y en la SEC norteamericana.
Eso permite agilizar los trámites de "facilitación" a la hora de concurrir a concursos. No obstante, Telefónica sigue manteniendo su presencia en la zona, incluso en México, el mercado natural de Slim y también donde la teleoperadora española está invirtiendo -en términos relativos- mayores recursos.
En el caso colombiano, Slim entra por la puerta grande con la compra de la teleoperadora pública. Las locales ETB y EPM se quedaron colgadas de la brocha ante el desembarco de semejante competidor y se ofrecieron a Slim hace un mes, pero el magnate mexicano las rechazó, así que ahora los movimientos se dirigen hacia Gran Vía.
Veremos cuáles son los movimientos de la compañía de César Alierta porque Colombia es un mercado de una enorme expansión con sólo cuatro millones de abonados a fija y tres a móviles sobre una población de 45 millones de habitantes y una clase media bastante extendida. Adquirir ETB y EPM es entrar por la puerta pequeña, pero permite tener un pie dentro.