La crisis internacional afecta severamente a nuestra gallina de los huevos de oro El turismo no va mal; va fatal. Es un sector extraordinariamente dependiente del exterior. Y cuando en los países de origen se constipan, en España estornudamos. La crisis internacional ha golpeado con fuerza a los países de orígen. El resultado es que la llegada de viajeros ha disminuido dos dígitos y las pernoctaciones han caído un 10,7% hasta abril. Y eso que estaba la Semana Santa por medio.
Es verdad que nuestro país es muy competitivo por varias razones: clima, ambiente social, asistencia sanitaria, ocio y cultura. Pero no conviene distraerse, porque los países mediterráneos han apretado el acelerador. O hacemos los deberes como Dios manda o nos terminarán arrebatando la única industria nacional que hemos sido capaces de desarrollar con cierta dignidad.