"Un niño matriculado en una escuela concertada cuesta la mitad que en una pública", leía como titular en un medio de comunicación social.
Las palabras se atribuían al vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal, Giménez Barriocanal, que recordaba a los que se oponen a los centros concertados de la Iglesia que si no existiesen, la educación al Estado le saldría más cara.
"Si cogemos los datos publicados por el propio Ministerio de Educación vemos que las plazas de los colegios católicos cuestan la mitad que lo que cuesta un niño en un colegio público.
La Iglesia ahorra algo más de 4.000 millones de euros a todas las Administraciones públicas.
Jesús Martínez Madrid