En palabras que no solo sirven para la realidad norteamericana, el Papa, a un grupo de obispos de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, les ha dicho que demasiado a menudo las escuelas y universidades católicas han fallado a la hora de reforzar la fe de los propios estudiantes.
Las escuelas católicas han de mantenerse fieles a los ideales fundamentales y a la misión de la Iglesia al servicio del Evangelio, poniendo todo su esfuerzo en la apasionante y urgente tarea de educar en la fe a las nuevas generaciones. En este camino, no podemos olvidar que se precisa una auténtica educación a todos los niveles, que no solo se ocupa de transmitir conocimientos sino de formar los corazones.
De esta manera, se contribuirá desde dentro a afrontar con garantías los problemas que puedan venir desde fuera. Un hombre con la cabeza y el corazón bien formados estará en disposición de poner, con inteligencia, todo su talento al servicio del bien común. Y esta es, sin duda, la mejor herencia que se le puede dejar a una sociedad para hacer frente a las crisis que pueda padecer.
Jesús D Mez Madrid