La recuperación sigue pendiente de que el mercado inmobiliario ajuste lo que debe. Y de momento, lo que observamos es un intento desesperado de promotores, inmobiliarios y bancos por aguantar. La compra venta de casas cayó en octubre un 21,3% interanual, retrasando de esa manera la recuperación. Llama la atención que las cifras de ventas se reparten casi a partes iguales entre vivienda nueva y de segunda mano.
Un fenómeno novedoso que obedece a dos factores: el primero es que son las de segunda mano las viviendas más asequibles. Pero el segundo y fundamental: los bancos tratan de dar salida a ese enorme stock de viviendas de segunda mano ofreciendo financiación privilegiada en relación a si la financiación viniera de fuera. En todo caso, esa estrategia de aguantar, verbalizada por algunos responsables inmobiliarios es la responsable de una recuperación languideciente. Los clientes esperan y la confianza no se termina de recuperar.