Cualquier vida humana está llena de elecciones que pueden cambiar el curso de esa existencia. El director belga Jaco Van Dormael (autor también del guión) las plasma en un largometraje muy imaginativo, a caballo entre el género de ciencia ficción y el fantástico.
Nemo Nobody es un hombre singular, el último ser humano que va a morir de viejo en un mundo futuro donde sólo existen inmortales. Pero, al intentar recuperar su pasado, Nobody se da cuenta de que ha podido tener diferentes vidas posibles según las elecciones tomadas y que todas esas vidas merecían la pena haber sido vividas.
Como habrán leído en el párrafo anterior, la sinopsis de Las vidas posibles de Mr. Nobody es de lo más complicada pero en pantalla no. El espectador se sumerge en un relato ágil y apasionante donde se mezcla (con una buena resolución) tiempo y espacio. De toda esa extraordinaria conjunción de diferentes pasados, según la opción vital elegida, sobresale la dificil historia de amor que el protagonista mantiene con Anna (su mujer ideal) o el dolor experimentado por la separación de sus padres que le marcó para el resto de su vida.
Con una banda sonora excepcional, Las vidas posibles de Mr. Nobody se conforma como una de las películas más interesantes del presente año no sólo por su singular contenido sino por su visual puesta en escena, poderosa y bellísima en algunos momentos.
Para: Los que les gusten películas diferentes e imaginativas.