Cualquier nación que en una época de la historia sobresale sobre las demás concita, inevitablemente, el odio, la envidia y el rencor de las otras.
Quizá por eso, Francia puso en circulación el injusto término de Latinoamérica. Se diluía así el de Hispanoamérica que nos elevaba en demasía. Pero, la misma Francia no aceptaría, de ninguna forma y bajo ningún concepto, que a la parte de África que ella conquistó y colonizó se la denominase Latinoáfrica. ¡Que alguien lo intente y verá! Tampoco Inglaterra se referirá a América del Norte como Latinoamérica. ¡Hasta ahí podíamos llegar!
Da la casualidad que fueron los españoles los que conquistaron y civilizaron la parte de América donde hoy se habla Español; lógicamente, por esto, siempre se llamó Hispanoamérica.
Igualmente se llama Lusoamérica a la parte conquistada por los portugueses. Es natural que llamemos Iberoamérica a la suma de naciones de habla española y portuguesa. Inglaterra, conquistada por Roma, formó parte del mundo latino; sin embargo, a la América anglosajona nadie se le ha ocurrido intercalarle la palabra latino.
Lo lamentable no es sólo la extensión que ha adquirido el injusto vocablo de Latinoamérica para sustituir a Hispanoamérica; sino que algunos españoles, estúpidamente, nos hayamos unido a los propagadores del "Latino" para aplacar rencores y reforzar sus mezquinos intereses en devaluarnos.
También entre nosotros ZP peroraba con gravedad que "España es un concepto discutido y discutible". Y nadie se rasgó las vestiduras Lo grave es que a la inmensa mayoría a quienes sí nos gusta, parecemos formar parte del rebaño de los "tibios" de quienes habla el Apocalipsis, a los que el Señor dijo: "Ojalá fueras frío o caliente, mas porque eres tibio y no eres caliente ni frío , estoy para vomitarte de mi boca". No miremos para otro lado, quizá se refiere también a V. y a mí, en este caso, y en otros análogos que nos rodean.
Igual que hay gobernantes en España e Hispanoamérica, que se avergüenzan de sus raíces, también los hay que se avergüenzan de la conquista y civilización por los españoles de América. Son los mismos que seguramente se avergüenzan de ser los hijos de sus padres. ¡Hay que ser mezquinos, necios y gallináceos!
Grave error fue la latino-americanización felipista que erradicó el término Hispanoamérica del lenguaje oficial y de los medios de comunicación. La misma palabra" España" se usaba lo menos posible, transformándola en "Estado español" o "este País" País que en ciertas épocas produce la mayor cantidad de héroes, santos o necios por m2 en el mundo.
Raro es el día que los paletos que deambulan por las televisiones, periódicos o radios, con la aquiescencia o parálisis del director progre de turno, dejan de hablar o escribir sobre lo guapos y listos que son los latinoamericanos, y de lo mal que con ellos nos portamos los españoles.
Olvidan decir que esos españoles fueron sus padres, los nuestros se quedaron en España. Y, esos padres levantaron una inmensa civilización d razas. Olvidan decir que A principios del siglo XX no había más de dos millones de indios en Norteamérica y cientos de millones en Hispanoamérica. Al resto, los civilizados ingleses le habían cortado la cabellera…con mucho amor, o murieron contagiados por el virus de la viruela impregnando en mantas regaladas a los indios por los británicos durante la guerra franco-británica del Canadá.
De momento, han conseguido que el adjetivo "latino" sea admitido sin oposición. Bastantes opinan que es un medio más para empezar a desguazar a España y reconvertirla en unos nuevos Reinos de Taifas para rechifla y regodeo. ¿De quiénes
La mayor parte de los políticos españoles y suramericanos son personas inteligentes, equilibradas y honestas. Sin embargo, ante los que atacan a España y a ellos mismo, suelen inhibirse, prefiriendo vivir tranquilos. Esta pasividad los hace, nos hace, cómplices y culpables por omisión.
Afortunadamente, numerosos lectores con sus cartas al Director y bastantes periodistas empiezan reaccionar. Algunos políticos se han dado cuenta de los errores cometidos, y en los medios de comunicación, no en muchos, son conscientes de que aun podemos ganar una grave batalla, aparentemente sin importancia. ¿Por qué no imitamos a Francia o Inglaterra en el amor y defensa de sus patrias ¿Cuándo dejaremos de hacer el ridículo
¿Qué directores o periodistas de TV, de prensa o radio tendrán la inteligencia y el coraje suficiente para prohibir el término Latinoamérica en su medio o en su espacio
Seamos optimistas, algunos ya lo han hecho, otros lo harán.
Alejo Fernández Pérez