Ya no hay caretas. Lo más importante del Aberri Eguna no es que el PNV ataque al PP ni que el PP se desmarque del PSE. Ni siquiera que Patxi López haya sacado pecho. Ahora ya lo tenemos todo mucho más claro: Eusko Altarkasuna quiere bailar con la izquierda aberzale y la izquierda aberzale se deja. Era el escenario contemplado desde Interior, observantes de la publicidad pagada en Gara por EA. La izquierda abertzale necesita un caballo sobre el que trotar y EA necesita alguna alianza si no quiere verse fuera de las instituciones más pronto que tarde. No. No era Aralar el caballo elegido por Batasuna, sino EA.
¿Y ahora qué? Rubalcaba guardó discreto silencio cuando presentó las medidas para luchar contra una marca blanca de Batasuna. Ilegalizar EA sería un paso de gigante. La izquierda abertzale lo sabe. Probablemente en Interior también y esta era la segunda parte de la negociación. No. No se va a negociar con los de las pistolas, pero sí con los otros. Y aquí es donde radica el problema. Porque los otros (Batasuna) son los unos (ETA) según la sentencia del Supremo. Ahora el Gobierno tiene un problema. Y no es fácil de solventar porque probablemente ha sido el mismo Rubalcaba quien ha diseñado este proceso.
Andrés Velázquez
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