Por sorpresa, con premeditación y mucha alevosía, la multinacional norteamericana de ropa vaquera Levi Strauss & Co ha anunciado que va a cerrar sus dos fábricas españolas de Bonmati (Gerona) y Ólvega (Soria). Eso supondrá que 453 empleados se quedarán sin trabajo. Y no es que la multinacional norteamericana atraviese un mal momento de ventas y se vea obligada a reducir mano de obra.

 

No, el cierre de las plantas de Gerona y Soria obedece al plan de Levi Strauss para reconvertir todo su aparato productivo en el mundo. En otras palabras, cerrar sus fábricas en Occidente y abrirlas en países del Tercer Mundo, especialmente asiático, con salarios de miseria. Y, a ser posible, por la fórmula de la subcontratación.

 

Eso sí, Levi Strauss cuida mucho su imagen progresista, tanto en su campaña de publicidad como en su acción social corporativa. Claro que el progresismo poco tiene que ver con los salarios dignos.