Sr. Director:
Leo con sorpresa no exenta de indignación en una revista de salud que tener un hijo para salvar a otro ya es posible en España. Naturalmente se trata de ponderar los maravillosos beneficios de la nueva Ley de Reproducción Asistida, disfrazando de un aparente buen fin los medios a emplear, a saber, la extracción y fecundación de un número indefinido de óvulos por cada ciclo, para aumentar las probabilidades de embarazo. Sí, señores, de embarazo y también de abortos, porque de todos estos óvulos fecundados (vidas humanas en su primer estadio) sólo uno en el mejor de los casos vivirá para salvar a su hermanito, mientras que todos los demás están de antemano condenados a muerte. Es decir, la vida de muchos por salvar la vida de uno.
¿Es que no han caído en la cuenta los señores que dictan estas leyes perversas que ellos mismos, mucho antes de ser lo que son actualmente, también fueron un óvulo fecundado y que de no haberlo sido simplemente no serían?¿con qué autoridad podemos crear y destruir vidas humanas, disfrazándolo como bien social, progreso, ciencia o biología? Sinceramente, dejémonos de eufemismos y llamemos a las cosas por su nombre. No más leyes contra el hombre y su propia naturaleza, ¡no a la Ley de Destrucción Asistida!
Miguel Alonso Tena
miguel.alonso@bde.es