Sr. Director:
El otro día leímos en 20minutos.es que el director de la estación biológica de Doñana (EBD), Fernando Hidalgo, dijo que consideraba la campaña de la jerarquía eclesiástica poco ética, de mal gusto y de poca decencia.
Lo poco ético es tener que hacer una campaña publicitaria para proteger la vida humana, ya que ni siquiera los animales, como el lince (sea ibérico o no), autodestruyen su propia especie.
De mal gusto sería que aparecieran en la campaña imágenes de lo que realmente es un aborto: algo nada agradable.
Y poco decente es desviar la atención del único significado que tiene esta campaña, promoviendo que ha sido financiada con el dinero de los contribuyentes; cosa que no es cierta porque sólo ayuda económicamente a la Iglesia aquel que marca una cruz en la casilla correspondiente de su declaración de la renta.
Además, creemos que el hecho de que el lince sea ibérico o euroasiático tiene poca relevancia, por no decir ninguna. Lo único que se pretende dar a entender es que también se debe respetar la dignidad de una persona que va a nacer, y nadie puede quitarle la oportunidad de vivir. Según la declaración de los Derechos Humanos: todos tenemos derecho a nacer (vivir). Cualquier ser humano los adquiere por el simple hecho de nacer, y no le pueden ser arrebatados en ningún momento de su vida (tampoco antes de nacer si le quitamos esa oportunidad).
También se van por las ramas al afirmar que la campaña sólo parte de la jerarquía eclesiástica, cuando hay muchas personas de otras religiones (o de ninguna), que están en contra del aborto.
Además, nos ha impresionado muchísimo el hecho de que la ministra de Igualdad, siendo mujer, haya aprobado el aborto libre hasta las 22 semanas de embarazo a chicas menores de edad y sin consentimiento paterno.
¡¿Estamos locos o qué?! Si desde algo tan insignificante como ponerse un piercing hasta para cualquier intervención quirúrgica hace falta la firma de los tutores legales... ¿Cómo van a permitir que una menor se deshaga de su propio hijo?
Por último, nos gustaría dirigirnos al Gobierno para comunicarles que deberían pensar lo que hacen antes de aprobar una ley como la del aborto, si saben lo que realmente significa.
Marta Doblas Matas
María Gómez Aguilera
Alejandra Yánez Garrido
dogoya3@gmail.com