Sr. Director:

Estoy convencido que es la vida humana, desde su gestación y hasta su muerte natural, y no la ciencia desprovista de humanidad, lo que hace progresar a los países.

Por el contrario, el supuesto progresismo de la izquierda defiende la muerte como un supuesto "derecho", mientras los llamados conservadores no parecen haber encontrado su sitio en la vorágine de destrucción del tejido moral al que nos lleva el relativismo laicista.

Es por eso que acabando ya en la campaña electoral, nos causa asombro, a mí y a muchos que piensan como yo, la despreocupación de los políticos por asuntos vitales que debieran centrar su interés: la defensa de la vida humana, la protección de la familia y de las libertades sociales, entre ellas, fundamentalmente, la libertad religiosa y la libertad de educación.

De poco sirven promesas de viviendas, bajadas de impuestos, más "Aves" y todo lo que los candidatos puedan inventarse para atraer votos, si no se garantiza lo esencial de una convivencia civil. ¿Nos obligaran a votar a partidos minoritarios? Es hora que tomen nota de la concentración que tuvo lugar en Madrid con motivo la gran celebración de la familia o ¿eso no políticamente correcto?

Jesús Domingo Martínez

jdmbanyos115@gmail.com