Sr. Director:
Excelente sus comentarios del lunes 24 sobre la boda real. Corroborar que fue una obra de arte la homilía de Monseñor Rouco, simplemente porque se limitó a leer la letra pequeña, punto por punto, del contrato que los esposos hacían ante Dios, ante el pueblo y ante la historia (nada más y nada menos). Señalar, asimismo, que oí comentarios de enjundiosos "periodistas" ensalzando las magníficas palabras de la abuela a su nieta, como si fueran creación suya.
Finalmente, observar con tristeza que, gusten más o menos, siendo las pinturas del ábside de Kiko Argüello las que podían haber añadido color y alegría y la boda, se las censuró como si de unas directrices estalinistas se hubiera tratado. ¿Tanto poder dentro de
Antonio Serrano
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