Hay que evitar que la economía centre sus objetivos en la producción y no en la especulación.

Sabias palabras, a fe mía, pronunciadas por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. A mí lo único que me extraña es que haya tardado tres años de crisis y dos millones de parados más para darse cuenta de que la causa de la crisis es la especulación.

Pero ojo, además de especulación privada también hay especulación pública. Los políticos demagogos que compran votos con prestaciones innecesarias o injustas, financiadas con deuda pública, es decir, con esa deuda que pagan los ciudadanos privados, son los primeros aportadores a esa burbuja especulativa creciente.

Ahora bien, ZP dice la verdad sobre su reunión con Benedicto XVI pero no toda la verdad. Lo cierto es que Benedicto XVI también le habló del sagrado derecho a la vida, a un personaje que todavía piensa como los progres de los años ochenta del pasado siglo, para quienes el aborto constituía el derecho humano fundamental: el derecho a matar.

Además, Benedicto XVI le recordó que la libertad religiosa no consiste en igualar a los desiguales ni se borra a Cristo de la vida pública especialmente cuando Cristo forma parte la vida privada de los españoles.

Pero ZP se atuvo a la especulación financiera. No está mal. Sólo que dijo la verdad sobre la entrevista, nada más que la verdad pero no toda la verdad.

Eulogio López

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