Los españoles tenemos una memoria política tan débil, que difícilmente recordamos hechos de sólo unos años; la oposición es tan Maricomplejines que no se atreve a mencionar abusivas actitudes recientes del Gobierno contra los ciudadanos.
Es por eso que debemos difundir los excesos de Zapatero y los suyos.
Y quiero referirme hoy al Sr. López Aguilar, el primero de la lista por el PSOE a las elecciones europeas, de quien nadie dice ahora nada respecto a su ominoso pasado. Hay que recordar que este señor (al que con mirar la cara ya apreciamos su debilidad), es el que ha lacerado con crueldad a las familias españolas, despreciando con odio las súplicas de millones de personas en la calle, para servir a un lobby, el homosexual; cierto que su ignominia la consumaba siguiendo órdenes de su jefe, Zapatero; pero él fue el instrumento para esa perversa hazaña. Esto es tan claro que ni los más fanáticos socialistas se atreverán a negar.
Se nos impuso la idea de que una unión homosexual debía ser lo mismo y llamarse como un matrimonio; y aunque eso era todo un disparate, por orden gubernamental había que acatarlo. El Sr. López Aguilar, como corderito sumiso, obedeció al Presidente, por supuesto antes que al pueblo, y estableció por ley que esta descabellada decisión, la teníamos que aceptar sin refutación.
Naturalmente, como ministro de usar y tirar, Zapatero lo despidió dándole las gracias, una vez consumada la fechoría. Luego quiso colocarle al frente de una comunidad, como pago por su sucio trabajo, pero los canarios, como no podía ser de otra forma, lo rechazaron. Ahora quiere darle colocación en el Parlamento Europeo.
En nuestro voto estuvo la respuesta que las familias, los matrimonios y los españoles de bien tuvimos que dar a semejante personaje.
Pablo Delgado Escolar
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