Zapatero se ha apresurado a posicionarse con el vencedor sin seguir la estrategia a ninguna parte de Obrador. Y eso que el Peje como se le conoce en México a AMLO- es íntimo amigo de Felipe González. Pero la política es la política. Y Zapatero hace guiños a Chávez y Morales, pero tampoco pretende quedarse aislado del mundo.
A AMLO sin embargo, no parece importarle demasiado. Este martes no reconoció la victoria de Calderón, anunció que seguirá con su intención de autoproclamarse presidente de la República y seguirá adelante con su estrategia de desgaste.
Probablemente no se trate más que de su derecho al pataleo. Porque no va a contar con un presupuesto, ni con capacidad para promulgar leyes y mucho menos de nombrar jueces. O sea, será una oposición, dura si se quiere, un gobierno en la sombra, pero nunca un gobierno paralelo como pretende. Además, los analistas consultados prevén que el movimiento se vendrá a menos y minimizan el hecho de que los diputados del PRD impidieran al todavía presidente Fox leer su informe anual ante la cámara. Es algo relativamente normal en una democracia, lo que pasa es que lamentablemente no estamos acostumbrados a la vida democrática, señalan.
Eso sí, conviene que la cosa se aclare cuanto antes porque México no puede aguantar mucho más con una imagen de desestabilización que perjudica seriamente el riesgo-país y el atractivo como zona de inversión. Zapatero ha hecho muy bien en colocarse el primero de la fila en el reconocimiento de Calderón. México es un país estratégico para las relaciones político-económicas. También para Europa. Por eso la Misión Electoral de la UE señaló que la designación de Calderón se sitúa en plena sintonía con sus apreciaciones del proceso electoral.