Ted vive en Thneedville, una ciudad de metal que cree perfecta, hasta que su vecina Audrey, de la que está enamorado, le confiesa que sueña con ver un árbol de verdad. Ted, con el consejo de su abuela, saldrá a buscarlo fuera de su localidad y entrará en contacto con Una-Vez que le contará toda la verdad sobre cómo se deforestó el Valle de Trúfula.
Basado en uno de los relatos más conocidos de Theodor "Dr. Seuss" Geisel, uno de los escritores de relatos infantiles más conocidos del mundo (a él se debe, por ejemplo, El Grinch, también llevado al cine), Lorax, en busca de la trúfula perdida ha sido trasladado a la gran pantalla por los artífices de la excelente Gru, mi villano favorito, es decir, los productores Chris Meledrandi y Audrey Geissel y el director Chris Renaud. Dicho esto, aquí acaban las semejanzas, porque si la primera se seguía con interés, de principio a fin, no ocurre igual con Lorax, en busca de la trúfula perdida. Si nada puede objetarse por su defensa de la Naturaleza, y el equilibrio que debe darse entre ésta y el progreso, la forma de plasmarlo en pantalla se hace pesada a pesar de encontrarnos ante una película que no llega a los 90 minutos de metraje. Tampoco mejora el conjunto los números musicales de la película, cuyas canciones traducidas a nuestro idioma suenan algo cursis.
A pesar de ello hay dos cuestiones que merece la pena destacar de esta película: la magnífica y colorista animación (que, como es usual últimamente, se ofrece en 3D) y la participación del simpático actor Dani DeVito que ha puesto voz a Lorax, el guardián del bosque, en todos los idiomas en los que se estrena la película. Su doblaje en español resulta muy simpático y aporta cierta nota de color.
Para: Los que vayan con sus niños a ver todas las películas de animación que se estrenan… aunque no sean redondas