Jueves, 8.40 de la mañana. Se abre el telón de los Desayunos de RTVE. María Casado (en la imagen) aparece rodeada de tres periodistas experimentadísimas, muy valoradas y con mando en plaza.

Comienza entonces un memorial del escándalo público por la corrupción de la clase política española, a cuenta del senador y tesorero el PP, Luis Bárcenas. La clase política española, claman las presentes, está podrida. Y lo que es peor, no sabemos ni la mitad de lo podrida que está. Aún más, el pueblo sufre y sospecha. Vamos hacia la regeneración drástica o hacia la drástica hecatombe. Necesitamos un político de rompe y rasga que derribe este edificio mohoso y vuelva a empezar.

Todo esto mezclando acusaciones con condenas, sospechas con realidades, justicia con venganza y la gimnasia con la magnesia. Por ejemplo: tener una cuenta en Suiza no es un delito, aunque la tenga un personaje que me cae gordo, como el señor Bárcenas, del PP. El delito, y probablemente la inmoralidad, viene cuando no se pagan impuestos sobre las ganancias que procura la susodicha cuenta.

Aunque, eso sí, las tertulianas trataban de mantener una curiosa equidistancia entre izquierda y derecha con un doble objetivo: no definirse y echar lodo sobre todas las opciones. Ya lo dicen los antisistema: todos los políticos son iguales, unos auténticos cabrones. A lo mejor había que ahorcarlo con las tripas del peor. En estos caldos de cultivo -el de todo está podrido menos casualmente yo mismo- es donde medran periodistas de la talla de Pedro J. Ramírez: los poderosos le temen, una hemorragia de placer.

Pero ahora viene lo bueno. La coordinadora tertulieril decide que el asunto de la corrupción ya no da más de sí y pasa a otro asunto: resulta que el Tribunal de Cuentas -buena institución, si no funcionara siempre con unos años de retraso- asegura que la corrupción no sólo se da entre la clase política -los representantes- sino también entre la ciudadanía -los representados-. Resulta que el Tribunal ha descubierto que 30.000 fallecidos -o sea, sus apanados deudos- seguían recibiendo las prestaciones por dependencia… mientras una cola de nuevos necesitados espera turno por falta de fondos públicos para la dependencia. Por cierto, el PSOE continúa con su demagogia, a pesar de esta notificación del Tribunal y asegura que el Gobierno "está dejando de lado a las personas más vulnerables".

A ver si va a resultar que los españoles corruptos tenemos la corrupta clase política que nos merecemos.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com