Estos días se celebra en Barcelona el 8º Congreso de la Sociedad Española de Contracepción, el gran lobby abortero existente en España. En dicho congreso se ha presentado el estudio Consecuencias emocionales de la anticoncepción en España, elaborado por laboratorios Organon. Todo independencia. No obstante, en el estudio se detalla que el 57% de las mujeres españolas que usan la píldora anticonceptiva han temido quedarse embarazadas alguna vez y el 60% sufre por este motivo consecuencias emocionales negativas.
Por ejemplo, un 10% confiesa sentirse deprimida y sola, un 20% admite haber tenido desencuentros con su pareja, el 93% se sintió preocupada, el 55% nerviosa, el 33% tensa y el 8% enfadada. Además, en un tercio de estas mujeres, la ingesta de la píldora les ha afectado negativamente en vida laboral o estudiantil.
Por supuesto, la conclusión de los aborteros ante estos escalofriantes datos es que los embarazos inesperados obedecen al mal uso de la píldora, porque el 63% de las usuarias se olvida de tomarla. Además, el proabortista Iñaki Lete recuerda que según la OMS, el 8% de las mujeres que usan la píldora se quedan embarazadas y muchas recurren al aborto. La anticoncepción de emergencia la llaman.
Más. Según el estudio, el 84% de los varones cree que su pareja le informará en caso de que el sistema anticonceptivo no sea eficaz. En cambio, sólo un 47% de las féminas reconocen que informarían a su pareja.
Todos estos datos revelan algo que no concluye el lobby abortista. La industria anticonceptiva destruye las relaciones de pareja. Destruye la comunicación y confianza y coloca a la mujer en una situación de stress emocional. En realidad, las conclusiones son fáciles de adivinar: la introducción de la cultura anticonceptiva rompe la armonía entre los amantes. El cierre a la posible vida hace más fácil la instrumentalización del otro. Por eso las mujeres se sienten solas y deprimidas.
Se sienten tan deprimidas y tan solas que en caso de que el mecanismo fallara, la mitad ni siquiera se atrevería a contárselo a su pareja. Probablemente por el miedo al rechazo del padre del propio hijo. Una situación de abandono que afecta a toda la vida de la mujer, afectando a las relaciones de pareja y al ámbito laboral. La mujer se siente cosificada. Porque aunque la industria haya vendido la anticoncepción como la liberación de la mujer, la realidad es que píldora amarra a la mujer frente al varón en una relación en la que el hombre busca el placer evitando las consecuencias no deseada, exigiendo a la mujer el cumplimiento de sus obligaciones anticonceptivas.
Intuirlo era fácil. La naturaleza humana es muy compleja, pero muy sencilla al mismo tiempo. Ahora, el informe del laboratorio confirma la hipótesis. Pero tanto la industria como el lobby homosexual prefieren pensar que los fallos se producen por una mala utilización de los anticonceptivos. Y en todo caso, siempre existe la puerta del aborto. Si la mujer se queda sola, enfrentada a su pareja, abandonada, con sentimiento de haber sido utilizada por su pareja, es su problema. Al fin y al cabo, nosotros somos una empresa y vivimos de vender nuestros productos. Olé con la responsabilidad social corporativa.
Luis Losada Pescador