Otra empresa española con problemas es Pikolín, que plantea un ERE de suspensión de 38 días para los 1.200 empleados de su plantilla. La empresa se compromete a complementar la prestación por desempleo hasta el cien por cien del salario real en el que se incluyen las pagas extras y las vacaciones.
En cualquier caso, dos empresas que siempre marcharon bien se han visto afectada por la crisis en un momento en el que el Gobierno insiste en que lo peor ha pasado, que el final está muy cerca. Pero estos brotes no son verdes.