Sr. Director:
Blasfemar contra Jesucristo, ofender a los católicos o burlarse de sus sentimientos religiosos más sagrados sale gratis en España. La prueba está en la exculpación condenatoria en casos tan llamativos como la obra teatral de nombre blasfemo que se representó meses atrás en Madrid, la página web que representaba a la Virgen de la Esperanza de Sevilla de forma obscena o el programa de televisión que explicaba cómo asar un crucificado en el horno y sacarlo al tercer día. Y éstas son sólo algunas de las ofensas más representativas.
Hubo protestas de miles de católicos y denuncias, pero pacíficamente, no se atentó contra nada ni nadie. Pusimos la otra mejilla, como el Divino Maestro nos enseñó en los Evangelios. De una forma u otra, llevamos dos milenios de persecución los que defendemos nuestra fe cristiana.
También fuimos vilipendiados por protestar contra las bodas entre personas del mismo sexo, por opinar que éstas devalúan los conceptos auténticos de matrimonio y familia. Se nos llamó de todo por defender las clases de religión opcionales, con puntuación académica y dentro del horario escolar, como reconoce la misma Constitución, protesta que fue avalada con más de tres millones de firmas. Todo se nos denegó de malos modos.
Me gustaría que ciertos políticos y medios de comunicación hubieran tenido hacia nosotros el mismo respeto que profesan hacia los que violentamente protestan por las caricaturas de Mahoma.
Juan Francisco Fernández Aguilar
juanfry1967@yahoo.es