- Ahora mismo, cada empresa hace de su capa un sayo con los vocales independientes.
- Mientras, Julio Segura, a pesar de la crisis de las preferentes, se enroca en el cargo.
- Y la única tabla de salvación de los suscriptores de preferentes consiste en que el Estado financie un canje adecuado de este tipo de títulos.
La Ley de Economía Sostenible (LES) de Zapatero sólo ha servido -aunque no es moco de pavo- para que los consejeros de sociedades cotizadas nos digan cuánto cobran de forma individualizada. Claro que no ha servido para dar el paso final: que sean los accionistas quienes decidan el salario de los directivos, es decir, los propietarios, los que decidan cuánto cobran sus empleados. Pero, al menos, ha servido para aportar trasparencia.
Pero el desarrollo de la LES ha sido lento. Por ejemplo, en una semana, dos a los sumo, el Gobierno aprobará el decreto que especifica la información que tendrán que proporcionar los llamados consejeros independientes (los más dependientes del presidente) sus emolumentos.
Mientras, el presidente de la CNMV, Julio Segura (en la imagen), quien tendrá que desarrollar el decreto se enfrenta al escándalo de las preferentes, donde la CNMV no ha sabido obligar a los bancos a explicar con claridad a los suscriptores qué es lo que estaban vendiendo.
Pero Segura se enroca en su cargo sin asomo de dimisión. Ni tan siquiera sufrió las tentaciones que acecharon a su colega MAFO tras la llegada del PP. Segura sabe que se va y que deja una CNMV igual de desprestigiada que el Banco de España, el otro organismo supervisor.
Eulogio López
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